Transcripción de audio: "... Acabo de terminar una negociación... y de verdad muchas gracias, muchas gracias porque, no importa el resultado... la persona que fui antes y durante la negociación... cómo me supe aguantar la presión que me pusieron... yo no hubiera llegado hasta ese punto si no hubiera sido por lo que hemos venido trabajando y te quiero agradecer de corazón... De verdad mucha gratitud mi hermano...Aguanté, manejé muy bien todas las presiones, las emociones... las técnicas, las tácticas... al final lo llevamos a un ganar-ganar... me estaban dando duro y terminé fue básicamente dándoles duro yo a ellos. Entonces de verdad mi hermano muchas gracias. Estoy contento porque esto ya no fue una negociación simulada, esto fue una negociación real... eran las grandes ligas para mí y... fue una negociación exitosa... Muchas gracias de nuevo"
@kronos_gmt (Instagram)
"Escuchando el podcast de Simón me di cuenta que había perdido muchas cosas por no saber negociar.
Decidi hacer el entrenamiento a pesar de mis nervios y me gustó mucho porque todo lo que planeábamos era en base a mi perfil.
Simón explica las cosas de una manera sencilla, con ejemplos e historias.
Pude avanzar mucho y he logrado cosas que no hubiera imaginado antes de este entrenamiento.
¡10000% recomendable!"
5 sesiones uno a uno de negociación que cambiarán para siempre la manera en la que usted ve la negociación.
Antes de invertir en su entrenamiento conmigo debe leer esta historia.
A pesar de haber nacido en una familia de clase media, fui a la escuela para los ricos de mi ciudad.
En ella me rodeé de gente muy distinta a mí y distintos entre ellos. Pero había dos niños que se parecían mucho
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Miguel y Jorge.
Ellos eran mejores amigos desde el jardín de infancia y, por ser vecinos, siempre hacían todos los trabajos juntos.
Eran tan parecidos que la gente siempre les preguntaba si eran mellizos. Al terminar la secundaria ambos decidieron abrir su
propia empresa. Ellos sabían que sus familias tendrían dinero para ayudarlos y los contactos que fuesen necesarios.
Después de eso les perdí el rastro.
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Cinco años más tarde, conecté con Miguel por Facebook. Miguel, por supuesto, seguía siendo el mejor amigo de Jorge.
Ellos empezaron a invitarme a sus noches de póker, que hacían todos los domingos, y yo aceptaba. Pude ver su estilo de vida,
y me sorprendió que Miguel y Jorge ya no eran tan iguales como antes. A ver, sí eran iguales en esencia,
pero sus vidas eran distintas.
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Miguel había creado una empresa súper exitosa, tenía más de 20 empleados y varios galpones. Había multiplicado la
fortuna de su familia. Recuerdo que fui a visitarlo un martes a las 11 de la mañana y aún tenía la pijama puesta,
se acababa de despertar. Se veía dormido y feliz después de haber pasado toda la noche con Michelle, su novia.
Él podía vivir así todos los días. Su empresa producía dinero sin importar si él estaba presente o no.
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Jorge, en cambio, vivía una realidad distinta, su empresa de electrónicos se mantenía con lo justo, él era su propio jefe
y su único empleado. Generaba dinero para llegar hasta fin de mes y uno que otro día salir a comer a un restaurante.
Trabajaba de lunes a sábado, de 7 a 7. Tanto trabajo le afectaba el humor y la salud. Tenía un Fiat Palio 2 puertas color gris.
Vivía solo, alquilado en un pequeño departamento.
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Me resultó bastante extraño. Miguel y Jorge siempre habían sido dos gotas de agua, hacían todos los trabajos juntos
y sus notas en la escuela eran muy parecidas. Las dos familias eran adineradas y hasta eran vecinos.
No podía entender por qué a Miguel le había ido tan bien y a Jorge tan... normal.
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Así que decidí preguntar, y para evitar recibir un golpe en la cara, le pregunté a Miguel y no a Jorge:
Miguel, ¿por qué cree que a usted le ha ido tan bien y a Jorge no? Yo veo que Jorge trabaja muy duro y muy bien.
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La respuesta de Miguel cambió mi vida
Usted tiene razón Simón Josué! Jorge no solo es más trabajador que yo, sino también más inteligente.
Pero Jorge tiene un problema: ¡no sabe decir que no! No tolera un conflicto. La gente se aprovecha de él y eso cambia todo.
Le cuesta tanto priorizar sus metas, que termina trabajando solo para cumplir las de los demás.
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No es que una persona quiera tener éxito y la otra no. No es la inteligencia ni la dedicación. La verdadera diferencia
radica en qué tan buena sea esa persona para negociar. La vida y la negociación son lo mismo. El que sabe negociar,
puede abrir la puerta que quiera en cualquier ámbito de su vida. El que no sabe, no importa cuánto se esfuerce,
la vida siempre le va a poner un techo. Nos guste o no, es así…
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Las palabras de Miguel me hicieron abrir los ojos y en ese preciso instante pensé que, por mi personalidad (complaciente),
mi destino era el mismo de Jorge. Pero la vida, que es justa e injusta, me enseñó a los golpes que la negociación es
una habilidad que se adquiere y no un talento con el que se nace.
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Es por eso que le escribo esta historia: porque lo vi, lo viví y lo aprendí. Y aquí estoy para que trabajemos juntos en
un entrenamiento. Para que usted sea más Miguel y menos Jorge. Para que se vuelva un súper negociador.
No importa si es rico o pobre, lindo o feo, bruto o inteligente, es la habilidad para negociar lo que va a ponerlo en el
lugar donde sueña cada vez que cierra los ojos y, a su vez, es la falta de habilidad, la que le pone el techo a su vida.
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Yo no ofrezco un curso genérico, de esos que le da play y escucha. El entrenamiento que ofrezco será en videollamadas.
Yo lo voy a escuchar y analizar, voy a aprender su historia, lo perfilaré y crearé un programa personalizado basado en
trabajar sus debilidades y desarrollar sus fortalezas. Vamos a trabajar siempre los dos, crearemos casos
y negociaremos juntos.
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La vida me hizo firme, firme conmigo y firme con los demás. Yo digo las cosas tal y como las veo; ni las adorno ni las agravo.
En cuanto vea sus debilidades, se las diré. Yo no puedo engañarlo porque, si lo hago, su próxima negociación
le reventará la verdad en la cara. Así que, si usted no tolera que se hable de sus debilidades como negociador
y está buscando un simple curso motivacional que le diga 2 o 3 trucos genéricos de negociación y venta
este entrenamiento no es para usted.
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Todos nacemos como negociadores dependientes (Jorges) y usted emprenderá un camino que empieza por
la negociación interna, sigue por el desarrollo del carácter (negociador independiente), después continúa con estratégias,
técnicas y tácticas de negociación (negociador inteligente) y culmina en la meta, cuando usted se convioerte en un
súper negociador (Miguel).
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No nos conocemos aún pero tenga la seguridad de que, si me contrata, no descansaré hasta sacar lo mejor de usted.
No porque lo quiera sino porque vivo de mi prestigio, y su testimonio me hará ganar más dinero en el futuro,
la gente se acerca a mí generalmente recomendada por alguien que entrenó conmigo.
Suena feo, pero así es la vida y así es una buena negociación: un beneficio mutuo.
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Si usted saca la cuenta de cuánto dinero, tiempo y oportunidades ha perdido por no saber negociar, se dará
cuenta de que incluso la formación más cara es barata. Este entrenamiento consta de 5 horas uno a uno online.
Cada hora tiene un valor de 50 dólares. Se puede pagar con tarjeta de crédito, débito o Apple Pay.
Se paga un entrenamiento a la vez y puede parar cuando quiera. Nos podemos ver 1 hora a la semana (o más de una hora,
pero es conveniente dejar tiempo entre entrenamiento y entrenamiento para poner las cosas en práctica).
Total de la formación: 250 dólares.
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No le puedo prometer que tendrá éxito al instante de empezar el entrenamiento, pero puedo garantizarle que su punto de
vista sobre la negociación cambiará, que el contenido que verá siempre será interesante, y le aportará grandes
cambios a su vida.
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Hay una estructura básica que nos permite cubrir todos los puntos de la negociación, pero todos esos puntos
los adaptaré a su tipo de negociador para trabajar en sus fortalezas y debilidades.
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Son totalmente individuales: usted y yo y nadie más por videollamada.
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Yo le voy a decir que sí, pero puede que yo esté parcializado. Si quiere escuchar testimonios de quienes
han tomado el entrenamiento, puede contactar, por ejemplo, a Alessandra en @prefieroalessandra (Instagram), o a
Juan David en @kronos_gmt (Instagram), o en LinkedIn a Engelberth Juárez.
Escríbale al que quiera y pregúntele lo que quiera (sobre el entrenamiento obviamente).
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El entrenamiento consta de 5 horas uno a uno online. Cada hora tiene un valor de 50 dólares. Se puede pagar con tarjeta de
crédito, débito o Apple Pay. Se paga un entrenamiento a la vez y puede parar cuando quiera.
Nos podemos ver 1 hora a la semana (o más de una hora, pero es conveniente dejar tiempo entre
entrenamiento y entrenamiento para poner las cosas en práctica).
Total de la formación: 250 dólares.
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Sinceramente,
Simón Josué Pérez
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Antes de que invierta plata y tiempo en una consultoría y empecemos a preparar juntos su próxima negociación,
debe leer esto que pasó hace más de 10 años. Recuerde muy bien esta hora:
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Le voy a contar una historia fuerte, de esas que cambian la vida de quien las vive. Ojalá cambie su vida sin tener que vivirla.
No soy escritor, pero voy a tratar de escribirla lo mejor posible. Esta es mi historia:
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He trabajado de muchas cosas, pero esta vez le voy a hablar sobre mi primer trabajo como vendedor de muebles
de oficina. Mi primer mes fue para el olvido, solo vendí una silla y, a pesar de que un mes no era mucho tiempo
para sacar conclusiones, ya empezaba a sentir la presión de Seba, mi jefe. No me decía nada directo pero me hacía
preguntas puntiagudas. Preguntas que dicen más de lo que preguntan.
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Yo no tenía más opción que empezar a vender de alguna manera porque no tenía un peso en el bolsillo y tenía
que pagar el alquiler. Entonces decidí comprometerme a bajar los tiempos de entrega de los muebles por debajo de
lo que la empresa podía cumplir y buscar la manera de pedirle a Carla, la encargada de fábrica, que hiciera los muebles de
mis clientes en menos tiempo. Ella me dijo, -Sí, no te hagás problema- Han pasado más de 13 años desde aquel momento
y todavía no entiendo como no vi semejante error.
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Con los clientes, funcionó. Ese mes metí más ventas que mis compañeros del departamento. Pero, como todo a lo
que se le pone fecha, el momento llegó y empezaron a vencerse los plazos de entrega. Carla no priorizó mis pedidos (era de
esperarse, ella era jefe de fábrica, yo estaba recién llegado, trabajaba en ventas, y encima había prometido algo casi imposible).
¿Tiene caso preguntarse por qué Carla me dijo que sí al principio? Capaz sí, pero no viene al caso en esta historia. ¿O sí?
bueno no sé, pero no voy a hablar de eso.
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La cosa es que, los reclamos que los clientes me hacían (con razón) se sumaban a la indiferencia de Carla para
sacar mis pedidos. Todo esto en mi segundo mes. Cada vez las cosas se me escapaban más de las manos.
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Una madrugada me desperté de repente, mi cabeza estaba palpitando, sentía un dolor asfixiante en mi pecho,
prendí la luz y me di cuenta que veía borroso, no podía escuchar mi propia voz al hablar. Tenía una sensación de
irrealidad, como si me estuviera viendo desde afuera. Mis manos temblaban tanto que no podía agarrar el celular,
entonces agarré dos billetes, uno de 100 dólares que me quedaba de ahorro y otro de 100 pesos que tenía
para los gastos de la semana. Salí del edificio y empecé a caminar buscando un taxi que me llevara al hospital
más cercano. Por suerte Buenos Aires nunca duerme y pasan taxis cada 30 segundos.
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Logré subir a un taxi y le dije al conductor, señor me estoy muriendo lléveme urgente a un hospital, y él me
respondió con una voz ronca y dañada, (¿ha escuchado la voz que tiene la gente cuando fuma mucho? Bueno, esa).
Me dijo: Ok pibe, te llevo al hospital italiano pero la carrera es corta, te va a costar unos 15 pesos, si tienes billete
chico te llevo, si no no porque no tengo cambio. Le dije, tengo 100, quédese con el vuelto.
Y arrancamos.
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Llegamos al hospital italiano en la calle Juan Domingo Perón, el taxista agarró el billete de 100 pesos y, como ya
habíamos acordado, no me dio vuelto, me bajé y arrancó al instante. Me voy acercando a la puerta del hospital y
veo a una doctora parada en la puerta, una señora de unos 60 años con pelo blanco y una bata blanca (o “ambo”
como le dicen en Argentina), que desde lejos me decía que no con la mano. A pesar de su seña yo seguí avanzando,
el taxi ya se había ido y mi única opción era intentar entrar al hospital.
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Me paro en la puerta del hospital y antes de decir mi primera palabra me encara la doctora: Andáte pibe, estamos en huelga,
no estamos atendiendo a nadie. Y le dije: doctora no me puedo ir, me estoy muriendo.
Me dijo: ¿Qué sentís? Y le expliqué todo, así como se lo acabo de explicar a usted.
La doctora se rió y me dijo: Pibe, te está dando un ataque de pánico, no te vas a morir.
¿Estás estresado? ¿de qué trabajas? Y le expliqué todo, así como se lo acabo de explicar a usted.
Me dijo: flaco, calmáte! Son muebles, decíle a los clientes que se esperen y punto. No es de vida o muerte, te lo digo yo,
que enfrento problemas de vida o muerte todos los días.
-¿Y si se molestan y reclaman y quieren hablar con mi jefe y él se molesta y pierdo el trabajo? - Respondí.
Si pasa todo eso solo perdés el trabajo, pero todavía tenés la vida para buscar otro. El estrés es el principal asesino.
Es preferible perder el trabajo que otra cosa flaco.
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Tenía razón la doctora. Primero, no me morí, la prueba de eso es que usted está leyendo esta carta.
Segundo, a pesar de mi error en la venta de los muebles, yo seguía teniendo opciones. Si yo fallaba en la entrega nadie moría,
yo tampoco. Incluso me hizo ver que hasta perder el trabajo era mejor que sacrificar mi tranquilidad por unos muebles.
El mejor consejo de negociación que he recibido vino de una doctora en huelga en la puerta de un hospital a las 3:17am.
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La doctora no me dijo nada de otro planeta, no hacía falta ser un gurú para darse cuenta de que lo más lógico era respirar,
tranquilizarme y evaluar mis opciones. Pero cuando estamos dentro del problema hasta lo más lógico se hace invisible.
Por eso siempre necesitamos una doctora en huelga, alguien que esté emocionalmente desapegado de la situación,
alguien que pueda analizar desde afuera y que haya visto casos similares como para poder diagnosticar el problema y
ayudarnos a encontrar la solución.
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Yo ni soy doctora, ni estoy en huelga, pero si tiene una negociación enfrente, escuchar mi perspectiva lo puede ayudar a tomar una decisión.
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En la negociación por lo general sabemos lo que hay que hacer pero el miedo, la rabia y demás emociones nos
nublan la mente. Mi trabajo no será darle la solución, no porque no quiera, sino porque nadie es mejor
que usted para encontrarla. Mi trabajo será ayudarle a analizar en frío la negociación que tiene enfrente.
Estudiaremos juntos su caso y será usted y nadie más quien encuentre la clave para abrir la puerta que quiere abrir.
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Encontrar la solución a un problema no es solucionarlo, es solo el 10% del camino. Si bien entre los dos vamos
a elaborar un plan, está en usted la responsabilidad de ejecutarlo, ése es el otro 90%.
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La negociación es como un idioma, mientras más tiempo le dedique más aprende. Este servicio es simplemente
una consultoría para una negociación puntual. Usted va a aprender algo nuevo, probablemente una táctica, una estrategia
o una técnica que le va a servir no solo para esta negociación puntual sino para el futuro. Pero hay muchas cosas
que se van a quedar por fuera y que sería bueno que aprendiera. Si quiere una formación completa, orientada a
hacer de usted un súper negociador, le recomiendo que me consulte por el “entrenamiento completo en negociación“.
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Si usted quiere que nos tomemos un café juntos le pido dos cosas, si no las puede cumplir, entonces mi consultoría no es para usted.
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La primera es que sepa que no importa lo maldita que puede ser su contraparte, no importa lo sucio que le
estén jugando, para mí usted jamás va a ser una víctima. Yo voy a encontrar la manera de demostrarle que,
si lo joden, la responsabilidad también es suya. En sus manos está evitar que lo sigan jodiendo. Si quiere
alguien que lo consuele y le diga “ay pobrecito😢“, ese no soy yo…
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La segunda es que tiene que concordar conmigo en que no se puede cambiar al mundo, pero cambiando nosotros
cambiamos nuestro mundo. Usted va a escuchar estrategias que probablemente no sabía que existían, eso lo va a
llevar a actuar de una manera distinta a como lo ha hecho durante toda su vida. Lo más seguro es que al principio, cuando la
esté aplicando, sienta algo como “ese no soy yo “ y es normal, así se siente toda nueva habilidad. Va a salir de su zona de confort.
Si estaba pensando conseguir un resultado distinto sin cambiar nada en usted, le recomiendo que no me contrate.
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Usted me cuenta su historia, así como se la conté yo, me cuenta todos los detalles posibles, todo lo que pueda
servir para entender la situación. Puede utilizar o no los nombres reales, a mi me da igual.
Una vez que usted me cuente todo al detalle le haré preguntas, todas las que considere necesarias.
Después le daré mi punto de vista desde el lado de la negociación y juntos armaremos un plan de acción.
Mi contacto quedará a su disposición para cualquier pregunta puntual y para hacer seguimiento.
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Tomarnos un café virtual juntos tiene un valor de 50 dólares y una duración de aproximadamente una hora.
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Me puede pedir el link de pago donde podrá pagar con tarjeta de crédito, débito o Apple Pay.
Luego verá un calendario con mi disponibilidad para agendar la llamada y recibirá un link por mail para
acceder a la videollamada y listo. En caso de que su negociación sea urgente, contácteme y veremos cómo hacer la llamada
lo antes posible: negociaciondesdecero@gmail.com
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PD: la negociación no es una ciencia exacta, no puedo prometer que la consultoría lo va a hacer alcanzar su
objetivo de manera infalible y absoluta. Pero, le garantizo que al final de la llamada usted va a tener un panorama mucho
más claro de lo que debe hacer y la información le va a servir tanto para su próxima negociación como para el futuro.
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Sinceramente,
Simón Josué Pérez
Apoye a Negociación desde cero y forme parte de nuestra lista de agradecimientos. Como patrocinante, recibirá un link con un episodio inédito:
¡uno que Simón decidió que no debía salir a la luz!
Su contribución nos ayudará a mejorar la calidad del show y acelerar la producción de nuevos episodios. ¡El monto lo decide usted!
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Engelberth Juarez - Carlos Becerra - Asdrúbal Burgos - Eduardo Ayala - Marina Giuliana Fiori - Juan Guillermo Villacob - Xiomara Murillo Pineda - José Rivera - Juan Cano - Xavi Mengual
- Hugo Jean Michel - Ana Rodríguez - Jessica - Francisco Guevara - Adri Juan - Xochitl Peinado Lizarraga - Nesly Brito - Maria Emilia Walker - Juan Pablo Espinosa Gordillo - Gisee Di
Natale - German Romero - Alberto - Jean Michel - Laura Ronaldo - Manuel Gimenez - Seba Ortiz -